El socialismo ha caído enfermo, porque ha abusado en los tiempos de bonanza. No ha guardado y no ha sabido ahorrar ni ha legislado para fomentar el ahorro y la inversión. Las enfermedades en la vejez son el resultado de los pecados de juventud. Algo así interpretó John Ray al afirmar que “las enfermedades son los intereses que se pagan por los placeres”. Y eso es lo que le sucede al socialismo mediocre, vulgar y atormentado.
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