Depurar a los traidores no es un crimen sino un deber. Esta frase innoble, de amenaza, de sucios ajustes de cuentas, podria haber sido pronunciada por cualquier de estos dictadores que ven tambalarse su reinado, en estos tiempos tan turbulentos que han propiciado las manipuladas redes sociales por hackers imperialistas.
Depurar traidores como deber, es una frase que pesa mucho y no creo que pueda ubicarse en otras mentes mas que en las de los traidores a las democracias.
Matar no es un crimen en las guerras para los que las hacen, en las dictaduras para los que oprimen y en las bandas mafiosas callejeras para los mafiosos. Para las personas nobles, demócratas, matar es un crimen incluso aunque sea para depurar traidores. Los traidores no se depuran, los demócratas los juzgan y los condenan o absuelven. Aunque en ciertas democracias hayan traidores que en lugar de ser juzgados como criminales de guerra son absueltos por la justicia, mediante el archivo de las querellas, sin juicio previo.
Pero volviendo al titulo y frase de este post, "depurar a los traidores no es un crimen es un deber" es una frase no dicha por ningun dictador actual, es una frase dicha en el año 1937 y pudiera ser que fuera dicha para justificar ciertas depuraciones, que sí fueron crímenes realizados por el bando republicano para limpiar la retaguardia y algo que se puso en práctica en la retirada de Paracuellos.
Esta frase según Paul Breman fué pronunciada por Santiago Carrillo y no tiene nada que envidiar a la otra famosa frase pronunciada por Azaña al final de la guerra: para los vencidos ni paz, ni piedad, ni perdón.
De haber estado vivo, Azaña deberia ser juzgado (Ley de la memoria histórica), ¿porque no es juzgado Santiago Carrillo si al parecer esa frase fué la justificación de los crímenes del bando Republicano?.
Depurar traidores como deber, es una frase que pesa mucho y no creo que pueda ubicarse en otras mentes mas que en las de los traidores a las democracias.
Matar no es un crimen en las guerras para los que las hacen, en las dictaduras para los que oprimen y en las bandas mafiosas callejeras para los mafiosos. Para las personas nobles, demócratas, matar es un crimen incluso aunque sea para depurar traidores. Los traidores no se depuran, los demócratas los juzgan y los condenan o absuelven. Aunque en ciertas democracias hayan traidores que en lugar de ser juzgados como criminales de guerra son absueltos por la justicia, mediante el archivo de las querellas, sin juicio previo.
Pero volviendo al titulo y frase de este post, "depurar a los traidores no es un crimen es un deber" es una frase no dicha por ningun dictador actual, es una frase dicha en el año 1937 y pudiera ser que fuera dicha para justificar ciertas depuraciones, que sí fueron crímenes realizados por el bando republicano para limpiar la retaguardia y algo que se puso en práctica en la retirada de Paracuellos.
Esta frase según Paul Breman fué pronunciada por Santiago Carrillo y no tiene nada que envidiar a la otra famosa frase pronunciada por Azaña al final de la guerra: para los vencidos ni paz, ni piedad, ni perdón.
De haber estado vivo, Azaña deberia ser juzgado (Ley de la memoria histórica), ¿porque no es juzgado Santiago Carrillo si al parecer esa frase fué la justificación de los crímenes del bando Republicano?.
Extracto del artículo publicado por Paul Preson en 'Ebre 38':Fuente: ABC
«Los comentarios de Carrillo hechos en 1974 negando cualquier conocimiento de las matanzas de Paracuellos los contradicen las palabras de felicitación pronunciadas durante un pleno del Comité Central del PCE que tuvo lugar en Valencia entre el 6 y el 8 de marzo de 1937. Francisco Antón dijo: “Es difícil asegurar que en Madrid está aniquilada la Quinta Columna, pero lo que sí es cierto es que allí se han dado golpes muy fuertes. Y esto —hay que proclamarlo muy alto— se debe a la preocupación del Partido, al trabajo abnegado y constante de dos camaradas nuevos pero tan queridos por nosotros como si fueran viejos militantes: el camarada Carrillo, que fue Consejero de Orden Público, y el camarada Cazorla, que lo es ahora’. (Grandes aplausos)». Cuando se apagaron los aplausos, Carrillo se puso en pie y elogió que «los combatientes de las JSU luchen por garantizar una retaguardia cubierta, una retaguardia limpia de traidores. No es un crimen, no es una maniobra, sino un deber exigir tal depuración”.En julio de 1937, poco después de ser nombrado ministro de Justicia, Manuel de Irujo inició las investigaciones para averiguar qué había pasado en Paracuellos, una de ellas dedicada exclusivamente a determinar el papel de Carrillo en los hechos. Desafortunadamente, no ha quedado rastro de aquella investigación; es razonable imaginar que estaba entre los papeles que los servicios de seguridad controlados por el PCE quemaron al final de la guerra».
Depurar a los traidores no es un crímen, sino un deber
Camarada Santiago Carrillo, 1937
Consejero de Orden Público (PCE)