domingo, 24 de abril de 2011

Muerte y resurreccion de jesus



La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret o, lo que es igual, conmemorar sus últimos días; por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores) y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección.
La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que culmina en la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.
Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.


El poder sobrenatural de la Resurrección de Jesús.

La resurrección de Jesús es medular para la fe cristiana. Si El no hubiera resucitado de entre los muertos, entonces la fe cristiana no tendría validez, siendo que Jesús mismo declaró que resucitaría de entre los muertos al tercer día. Por otro lado, si Jesús resucitó de entre los muertos, entonces todas sus afirmaciones son verdad y ahora podemos estar seguros que sí hay vida después de la muerte..
Jesús mismo predijo su muerte y resurrección, y estos eventos sucedieron exactamente como él los había anunciado.
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Juan 2:19-21 "Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.". 
Juan 10:17 "Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar."
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Juan 16:16-23 "Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla. Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo. En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará."
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Mateo 12:40 "Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches."
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Mateo 16:21 "Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día."
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Lucas 18:31-33 "Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará."
Jesús venció a la muerte levantándose de entre los
muertos al tercer día, y se apareció a sus discípulos.

Este evento está bien documentado por numerosos recursos históricos y confiables..
Historiadores como Josefo (c.37-110 d.C.), Ignacio (c.50-115 d.C.), Justino Mártir (c.100-165 d.C.) y Tertuliano (c.160-220 d.C.) estuvieron convencidos de la autenticidad de la resurrección. Sus escritos validan los relatos de los escritores bíblicos, quienes conforme a los teólogos bíblicos, registraron el evento tan temprano como el año 37 d.C. y no más tarde del año 64 d.C.

Además, otros historiadores del primer y segundo siglo incluyendo a Cornelio Tácito, Suetonio, Plinio Segundo, y Luciano de Samosata reconocieron el impacto que este evento increíble tuvo sobre la gente de esa época.

La resurrección es la única explicación aceptable del sepulcro vacío.
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Los soldados romanos celosamente vigilaban la tumba donde el cuerpo de Jesús se encontraba. Además, la entrada al sepulcro estaba sellada con una enorme roca. La guardia romana, que normalmente se componía de 16 miembros, hubiesen hecho imposible para los discípulos -quienes, a propósito, estaban acobardados por el miedo a perder sus propias vidas- robar el cuerpo. Si, como algunos aseguran, Jesús no estaba muerto, sino solamente debilitado, los soldados y la roca hubiesen evitado su escape.  Después de haber sido golpeado y flagelado, colgado en una cruz por seis horas, traspasado con una lanza por su verdugos para asegurar su muerte, y envuelto, como la  costumbre, en 100 libras de lino y especias, Jesús no hubiese estado en condición alguna para rodar una roca de dos toneladas cuesta arriba, ni ser más ágil que 16 soldados romanos y después aparecerse radiantemente a sus discípulos.

Los líderes judíos de la época fácilmente pudieron haber refutado  todas las aseveraciones sobre la resurrección simplemente al reponer el cuerpo, pero no pudieron porque no había cuerpo.

Hubieron numerosos testigos de la resurrección.
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Después de que él  resucitó de entre los muertos, Jesús apareció por lo menos diez veces a los que le conocían y a más de 500 personas a la misma vez. Estas apariciones no fueron alucinaciones; Jesús comió y habló con sus seguidores y ellos le tocaron su cuerpo resucitado.

Lucas 24:36-39 "Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo."

Juan 20:26-29 "Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron."
La tumba donde fue sepultado Jesús está vacía.

1 Corintios 15:3-8 "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí."

La resurrección es la única  explicación razonable para el comienzo del Cristianismo.
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La Iglesia Cristiana nació en la misma ciudad donde Jesús fue públicamente ejecutado y sepultado. La creencia en un Jesús resucitado tuvo que haber sido auténtica para haberse enraizado en Jerusalén y crecido hasta abarcar el mundo entero. La Iglesia Cristiana es ahora la institución más grande que existe y ha existido en la historia de la humanidad. Claramente, esto hubiese sido imposible si la resurrección fuese solamente un cuento.
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La resurrección es la única explicación lógica para la transformación de los discípulos.
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Ellos abandonaron y negaron a Jesús antes de su juicio público; después de su muerte ellos estaban desalentados y temerosos. Aún, después de su resurrección y su experiecia en Pentecostés, estos mismos desalentados hombres y mujeres fueron transformados por el sobrenatural poder de Cristo resucitado. En su nombre, ellos pusieron de cabeza al mundo. Muchos perdieron la vida por su fe, otros fueron terriblemente perseguidos. Su valiente comportamiento no tiene sentido aparte de su convicción de que Jesucristo fue verdaderamente resucitado de entre los muertos, un hecho digno por el cual morir..
A través de los siglos, los grandes teólogos que han considerado las pruebas de la resurrección han creído, y todavía creen, que Jesús está vivo.
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Después de haber sopesado la evidencia de la resurrección dada por los escritores de los Evangelios, Simon Greenleaf, una eminencia sobre asuntos legales de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard, concluyó: "Sería imposible que ellos hubieran persistido en afirmar las verdades que han narrado, de no ser por el hecho de que Jesús sí resucitó de entre los muertos."

El señor Greenleaf, fué un profesor judío que se convirtió en un seguidor de Jesús, el Mesías, después de estudiar los hechos por sí mismo.
Después de haber sopesado esta evidencia, ¿cual es su conclusión? ¿Usted cree que Jesús está vivo? Todo aquel que cree que El en verdad ha resucitado, puede recibir el regalo de la vida eterna y experimentar una relación personal con él. Descubra como usted puede comenzar esta relación dur
adera.



10 razones para creer en la resurrección de Cristo



Las 10 razones para creer en la resurección son:

1. Una ejecución pública aseguró su muerte.- Durante la fiesta judía de la Pascua, Jesús fue arrastrado por una multitud airada a una corte judicial romana. Mientras se encontraba ante Pilato, el gobernador de Judea, los líderes religiosos acusaron a Jesús de proclamarse a Sí mismo rey de los judíos. La multitud demandó que lo mataran. Jesús fue golpeado, azotado y sentenciado a la ejecución pública. 

En una loma en las afueras de Jerusalén lo crucificaron en medio de dos criminales. Tanto sus amigos, con el corazón destrozado, como sus burlones enemigos, lo vieron morir lentamente. Como se acercaba el día de reposo, enviaron soldados romanos a terminar la ejecución. Para que los malhechores murieran más rápido, les rompieron las piernas. Pero cuando fueron a Jesús no le rompieron las piernas porque por experiencia sabían que ya estaba muerto. Sin embargo, como última precaución lo clavaron en el costado. Habría que darle mucho más que primeros auxilios para que volviera a causarles problemas. 

2. Un alto oficial se encargó de la seguridad de la tumba.- Al otro día, los líderes religiosos se volvieron a reunir con Pilato. Dijeron que Jesús había predicho que resucitaría en tres días. Para asegurarse de que los discípulos no conspiraran y engañaran a todos diciendo que había resucitado, Pilato ordenó que se pusiera el sello oficial de Roma a la tumba, para que los ladrones de tumbas se mantuvieran alejados. 

Además, para que se cumplieran esas órdenes, se puso una guardia a cuidar de la tumba. Cualquier discípulo que tratara de mover el cuerpo hubiera tenido que pasar por en medio de los guardias, lo cual no hubiera sido fácil. Los guardias romanos tenían buenas razones para mantenerse alertas, ya que la pena por dormirse durante la guardia era la muerte. 

3. A pesar de los guardias, encontraron la tumba vacía.- La mañana siguiente al día de reposo, algunos de los seguidores de Jesús fueron a la tumba para ungir su cuerpo. Pero cuando llegaron, se sorprendieron de lo que encontraron. La peña gigantesca que cubría la tumba había sido removida, y el cuerpo de Jesús no estaba adentro. Cuando se corrió la voz, dos discípulos se apresuraron a ir a la tumba. Estaba vacía, a excepción de las envolturas de Jesús, que estaban dobladas nítidamente en su lugar. 

Mientras tanto, algunos de los guardias habían ido a Jerusalén para decir a los oficiales judíos que se habían desmayado ante la presencia de un ser sobrenatural que quitó la piedra. Y cuando despertaron, la tumba estaba vacía. Los oficiales pagaron a los guardas una gran suma de dinero para que mintieran diciendo que los discípulos se habían robado el cuerpo mientras ellos dormían. Aseguraron a los guardas que si el informe del cuerpo perdido llegaba a oídos del gobernador, intercederían a favor de ellos. 

4. Muchas personas dijeron haberlo visto vivo.- Cerca del año 55 d.C., el apóstol Pablo escribió que el Cristo resucitado había sido visto por Pedro, los doce apóstoles, más de 500 personas (muchas de las cuales todavía vivían cuando se escribió la carta), Jacobo y él mismo 1 Corintios 15:5-8). Al hacer una aseveración tan pública, dio a sus críticos la oportunidad de verificar sus afirmaciones por sí mismos. Además, el Nuevo Testamento comienza su historia de los seguidores de Cristo diciendo que Jesús «después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles [a los apóstoles] durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios» Hechos 1:3). 

5. Sus apóstoles cambiaron de forma dramática.- Cuando uno de los hombres más cercanos a Cristo lo abandonó y lo traicionó, los otros apóstoles corrieron para salvar sus vidas. Hasta Pedro, quien antes había insistido en estar dispuesto a morir por su Maestro, se desalentó e incluso negó conocer a Jesús. Sin embargo, los apóstoles experimentaron un cambio dramático. En unas pocas semanas se encontraban cara a cara ante aquellos que habían crucificado a su líder. Su espíritu era como el hierro. 

Se volvieron indomables en su determinación de sacrificar todo por Aquel a quien llamaban Salvador y Señor. Aun después de ser encarcelados, amenazados, y aunque se les prohibió hablar en el nombre de Jesús, los apóstoles dijeron a los líderes judíos: «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres» Hechos 5:29). Luego de azotarlos por desobedecer las órdenes del consejo judío, estos mismos apóstoles que una vez fueron cobardes «no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo» Hechos 5:42). 

6. Los testigos murieron por la verdad.- La historia está llena de mártires. Innumerables hombres y mujeres han muerto por sus creencias. Por esa razón, no es tan significativo señalar que los discípulos estuvieron dispuestos a sufrir y a morir por su fe. Sin embargo, sí es significativo que aunque muchos mueren por defender lo que para ellos es cierto, pocos, si acaso, están dispuestos a morir por algo que saben es una mentira. 

Ese hecho psicológico es importante porque los discípulos de Cristo no murieron por creencias profundamente arraigadas sobre las cuales pudieran haber estado honestamente equivocados. Murieron por asegurar que habían visto a Jesús vivo y bien luego de Su resurrección. Murieron por asegurar que Jesucristo, no sólo había muerto por sus pecados, sino que se había levantado corporalmente de entre los muertos para demostrar que era muy diferente de cualquier otro líder espiritual que hubiera vivido jamás. 

7. Los judíos cambiaron su día de adoración.- El día de reposo y adoración era un elemento básico de la forma de vida judía. Cualquier judío que no honrara el día de reposo era culpable de violar la ley de Moisés. Sin embargo, los judíos seguidores de Cristo comenzaron a adorar con los creyentes gentiles en un día nuevo. El primer día de la semana, el día en el que creían que Cristo se había levantado de entre los muertos, reemplazó al sábado o día de reposo judío. 

Para un judío, se trataba de un cambio de vida muy importante. El nuevo día, junto con el rito del bautismo característico de la conversión cristiana, declaraban que aquellos que creían que Cristo se había levantado de entre los muertos estaban listos para algo más profundo que un reavivamiento del judaísmo. Creían que la muerte y resurrección de Cristo habían abierto el camino hacia una nueva relación con Dios. El nuevo camino no estaba basado en la ley sino en la ayuda de un Salvador resucitado que llevó sus pecados y les dio nueva vida. 

8. Aunque inesperado, fue profetizado claramente.- Los discípulos fueron tomados por sorpresa. Esperaban que su Mesías restaurara el reino de Israel. Sus mentes estaban tan fijas en la venida de un reino político mesiánico que no esperaban los eventos esenciales para la salvación de sus almas. Deben haber pensado que Cristo hablaba en un lenguaje simbólico cuando decía una y otra vez que era necesario que fuera a Jerusalén a morir y a resucitar de entre los muertos. No supieron ver el significado obvio de las palabras de Aquel que hablaba en parábolas hasta mucho después de que todo terminara. En ese proceso, tampoco se fijaron en las predicciones del profeta Isaías de un siervo sufrido que llevaría los pecados de Israel, que sería llevado como cordero al matadero, antes que Dios le concediera vivir «por largos días» Isaías 53:10). 

9. Era el clímax apropiado de una vida milagrosa.- Mientras Jesús colgaba de una cruz romana, la muchedumbre de burlaba de Él. Ayudó a otros, pero, ¿podría ayudarse a Sí mismo? ¿Habría llegado súbitamente el fin del milagro? Parecía ser un final inesperado para alguien que comenzó su vida pública convirtiendo agua en vino. Durante los tres años de su ministerio, caminó sobre agua, sanó a los enfermos, abrió los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos, soltó la lengua de los mudos, restauró brazos y piernas secas, sacó demonios, calmó una tormenta violenta, y resucitó muertos. 

Hizo preguntas que ni aún los sabios supieron responder. Enseñó profundas verdades con las más simples comparaciones. Y confrontó a los hipócritas con palabras que los desenmascararon. Si todo esto fue cierto, ¿por qué ha de sorprendernos que sus enemigos no dijeran la última palabra? 

10. Concuerda con la experiencia de los que confían en Él.- El apóstol Pablo escribió: «Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros» Romanos 8:11). Esa fue la experiencia de Pablo, cuyo corazón fue transformado de forma dramática por el Cristo resucitado. 

También ha sido la experiencia de personas alrededor del mundo que han «muerto» a su vieja manera de vivir para que Cristo pueda vivir Su vida a través de ellos. Este poder espiritual no es evidente en aquellos que tratan de añadir el creer en Cristo a su vieja manera de vivir, sino sólo en aquellos que están dispuestos a «morir» a su vieja vida para permitir que Cristo los gobierne; aquellos que responden a la sobrecogedora evidencia de la resurrección de Cristo reconociendo Su señorío sobre sus corazones.


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