No voy a perder más tiempo hablando de “desvergüenza judicial”. Eso lo dejamos para analistas con aspiraciones políticas. En esta ocasión nos puede el desánimo y la decepción. Puedo prometer y prometo que Bildu es ETA y Sortu es ETA. Pero voy más allá: Eusko Alkartasuna apoya a ETA y a la ‘izmierda’ abertzale. ¿Por qué? Pues porque ETA procede de un desgajamiento del PNV, al igual que EA se desgajó del Partido Nacionalista.
Estamos hablando de los sectores más radicales del nacionalismo vasco. Recuerden que ETA lo formaron, en sus primeros tiempos, los elementos más duros y radicales del PNV. ¿Por qué creen que el PNV apoya siempre a esa izquierda abertzale? La apoya porque en su seno interno siempre ha anhelado el regreso del hijo pródigo. ¿Lo entienden?
¿Entienden ahora que el PNV financiara a las familias de los presos etarras para las visitas a las cárceles que estaban lejos del País Vasco, mientras a Fundaciones como la de Gregorio Ordóñez la daban las migajas de las ayudas políticas? ¿Habrá que seguir restregándoselo por los morros a los peneuvistas? ¿Habrá que decir que, de alguna manera, el PNV también es un satélite político de ETA?
Empezamos a conocer a excesivos cómplices de ETA y del Gobierno. Como dice nuestro dilecto amigo, Ignacio Fernández Candela: “La cuenta atrás para permitir que el terrorismo etarra acceda a las instituciones, marca una incertidumbre de una realidad criminal cantada y cuyos orígenes se remontan a tres años antes de que zETAp accediera a sangre y fuego al poder desde el que borra, a golpe de talonario y prebendas, toda clarificación criminal que nos compete en cada prolegómeno de elecciones, siempre trampeadas”. Sin duda se puede hablar más alto pero difícilmente más claro.
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