miércoles, 18 de mayo de 2011

Parasitismo presidencial.


Pues claro que está acomplejado el presidente del Gobierno. Primero pensaba que todo se resolvía con una sonrisa, bobalicona pero sonrisa al fin y al cabo. Y además creía que tenía talante. ¡Hay que ser ignorante, atrevido y paranoico! Hoy ya lo hemos podido comprobar y corroborar.
Más tarde fueron surgiendo problemas, porque no se puede engañar a todos todo el tiempo. Fue de mentira en mentira y poco a poco le pillaron. Rodríguez Zapatero, alias “Vendeburras”, como se le conoce en León, nunca supo que las mentiras tienen patitas cortas y que se coge antes al mentiroso que al cojo. Bien es verdad que sus mentiras hicieron un daño brutal a la ciudadanía: ahí tienen ustedes los 5.000.000 de parados y la destrucción de 3.500.000 puestos de trabajo.
Posteriormente pudimos comprobar que aquel bambi cuasi-inocente se había convertido en un vago integral capaz de holgar mintiendo mientras se mantiene en el Gobierno. Además de negociar con ETA, ayudó a los sindicatos a cobrar de todos los EREs y a maltratar a la clase trabajadora, acabando por hacer una política de izquierdas calificada como “miserable” por los dirigentes de los países de nuestro entorno. ¡Con lo fácil que hubiera sido hacer políticas neoliberales que generan empleo, bienestar y progreso! ¿Entienden por qué muchos tenemos a este presidente como un ignorante político, social y económico?
Si a todo ello unen el despilfarro, el desprecio a los jubilados, el atropello a los funcionarios y la traición a las víctimas del terrorismo, además de las mediocre y nefastas políticas sociales, pues entonces tenemos la vulgaridad hecha Gobierno socialista. Y por si no era suficiente se atreve a decir que son “bellacos” quienes digan que ha mermado las política sociales. Podemos encontrar fáciles respuestas: no hay más que preguntar a los parados de larga duración, funcionarios, jubilados, jóvenes menores de 28 años sin empleo y sin perspectivas. Yo estoy convencido que estamos ante un mentiroso y un desprestigio para la clase política, lo que quiere decir que, según él, soy un bellaco; bueno, pues bien, soy bellaco pero sabe que digo la verdad.
Como podemos contemplar, ese es el socialismo y ese es el futuro que nos espera votando socialismo. Esta trasnochada ideología solo aporta incongruencia, pobreza y mediocridad, mientras los más aprovechados viven a costa del prójimo. Y eso tiene un nombre: parasitismo.

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