Nunca lo sabremos. Cuando en el futuro los historiadores busquen en las hemerotecas, se encontrarán con docenas de medios de comunicación que nada dicen y mucho ocultan sobre lo sucedido el 11 de marzo de 2004 y lo que podrán leer les llevará a conclusiones erróneas. Las mismas que hicieron que los españoles votaran entonces a favor del enemigo.
Pocos medios ponen en la pista de la verdad, pero poca trascendencia práctica tienen porque la versión de los hechos que prevalece y permanecerá es la mayoritaria, la de aquellos que mayoritariamente se vendieron al poder o directamente les pertenecen. Creíamos que si la mayoría cree una mentira, sigue siendo una mentira, pero no es cierto. La mayoría se ha tragado innumerables mentiras y las ha asumido como verdades, tal es el grado de adormecimiento e intoxicación de la conciencia colectiva.
Pero no todos están ciegos ni son indiferentes a lo que le pase a España. Los indicios y muchas de las evidencias conducen a la certeza de que hubo una gran conspiración para llevar a la izquierda al poder. No tenía otra finalidad la matanza del 11-M.
Demasiados intereses confluyeron en una misma fecha:
– Los socialistas españoles, con el resto de la izquierda detrás y un candidato a Presidente al frente, más parecido a un mitinero estudiantil que a un político responsable e interesados todos ellos en llegar al poder para repartirse lo que la oportunidad ofreciere, posibilidad que venía siendo impedida por la firme y eficaz gestión de Aznar.
– Los separatistas vascos, con asesinos terroristas al frente, apoyados por políticos colaboracionistas e interesados en la aprobación de un plan secesionista que venía siendo impedido por la firme y eficaz gestión de Aznar.
– Los separatistas catalanes, con politiquillos de escasa calaña al frente, que aspiran a gobernar en Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón, con pretensiones de unos estatutos de autonomía a su medida y la independencia después, que venía siendo impedida por la firme y eficaz gestión de Aznar.
– Nuestros vecinos franceses, con sus masones de alta graduación al frente, interesados en la aprobación de una “Constitución” inventada por ellos para ampliar su poder y que venía siendo impedida por la firme y eficaz gestión de Aznar.
– Nuestros vecinos del sur, con un reyezuelo corrupto al frente, interesado en una solución favorable a sus pretensiones sobre el Sahara, que venía siendo impedida por la firme y eficaz gestión de Aznar.
Todos ellos fueron los beneficiados y según los indicios todos ellos tienen alguna relación con los atentados y pudieron estar detrás de los mismos por acción u omisión pero no hay pruebas suficientes. Sin embargo, quienes desde las más altas instancias de la nación podrían investigar las implicaciones, los que disponen de todos los medios del Estado para ello y no lo hacen, se señalan como sospechosos de ocultar algo ya que si fueran inocentes, si compartieran el dolor de los españoles, serían los primeros en volcar todos sus esfuerzos en ello. Por el contrario, sus esfuerzos han sido para taponar vías de investigación, para negar la comparecencia de testigos esenciales y para evitar la trasparencia de una Comisión que no es más que un simulacro amañado de investigación.
Esto, aún sin pruebas, a los ojos de muchos millones de españoles los hace sospechosos de colaboración en el asesinato de compatriotas inocentes. De no ser así, la investigación debería haber sido exhaustiva, trasparente y sin reservas, en un frente común con la oposición para el esclarecimiento de unos hechos que ni unos ni otros podían permitir. Codo a codo contra el terrorismo porque no había nada que ocultar y mucho que perseguir. Pero no ha sido así. Sin duda no están interesados en que se conozca la verdad.
Las consecuencias de aquella manipulación, que consiguió que España identificase al enemigo en su Presidente en lugar de hacerlo en el terrorismo que acababa de matar, son múltiples y graves:
– Un Gobierno de extrema izquierda –de extrema incompetencia– que en lugar de construir y mejorar lo heredado se dedica a destruir toda huella de lo anterior –Plan Hidrológico, Plan Galicia, etc.–
– Retirada de Irak, abandonando la labor humanitaria y desertando de cualquier contribución al mantenimiento de la paz y al establecimiento de una democracia en libertad.
– Un irresponsable antiamericanismo que nos ha llevado al abandono de nuestros aliados –32 países de la coalición además de USA– para substituirlos por dictadores y corruptos –Chávez, Castro, Mohamed VI, etc.–
– Nuestra entrega incondicional a los intereses europeos, con un nefasto recorte de nuestras facultades y prerrogativas en la Unión Europea, así como nuestra práctica desaparición de los órganos de decisión europeos.
– Ataques contra la Iglesia, desdeñando nuestras raíces y con desprecio de la mayoría católica que exige la enseñanza en las aulas de la religión mayoritaria y tradicionalmente española.
– Apoyos al Islam, proporcionando subvenciones, terrenos y cuanto pudieran precisar para su establecimiento en España –la antigua Al-Andalus que están obligados a reconquistar– facilitando una invasión proyectada para recuperar antiguos esplendores de la fe islámica.
– Una situación imposible con Marruecos, que puede derivar en conflicto armado o en la ruptura del orden constitucional, si no se defiende nuestra integridad territorial.
– La pérdida del apoyo de la OTAN en caso de conflicto armado con Marruecos ya que Francia apoyaría a Marruecos y vetaría cualquier ayuda a España –ya lo hizo cuando el incidente de Perejil– y Estados Unidos se ceñiría a su tradicional alianza con los marroquíes, que tomaron nuestro lugar como aliados preferentes de los EE.UU. Estaríamos solos.
– Inmigración descontrolada que –según estudio del Banco de España– repercutirá en el gasto del Estado y no contribuirá a resolver las pensiones en las próximas décadas ni beneficiará a los sectores más desfavorecidos de los trabajadores nacionales, que se verán afectados por el incremento de la mano de obra ya que su masiva incorporación a la fuerza laboral posibilita el crecimiento cero de los salarios, si no el paro. El objetivo real es que el Gobierno benefactor incremente el número de votantes agradecidos, como medio para compensar la pérdida de votos derivada de su desastrosa gestión.
– Matrimonio homosexual, que no es sino la devaluación del matrimonio histórico y natural hasta equipararlo con la anormal unión entre personas del mismo sexo.
– Derecho de adopción para los homosexuales que prevalece sobre el derecho que tienen los niños a tener padre y madre, cuyos derechos reconocidos y prioritarios olvida hasta asimilar los niños a mascotas destinadas a satisfacer las ansias maternales de un varón homosexual.
– La inadmisible negociación con ETA. Es lo mismo que si se negociara con la mafia para satisfacer sus exigencias a cambio de que no utilice a sus pistoleros contra nosotros. Es ceder a su chantaje. Es la rendición de España a los criminales, despreciando a los miles de muertos y mutilados y de familias destrozadas resultantes de esa pugna. Murieron por la libertad pero Zapatero ha hecho inútil su sacrificio.
Todo eso y mucho más se lo debemos a los responsables del 11-M, que probablemente no son los que se nos han dado a conocer. A pesar de su protagonismo en los hechos, los supuestos responsables y autores de los atentados no parecen ser sino figurantes diseñados para conseguir que las responsabilidades terminen en ellos.
La versión más despreciable del Partido Socialista disfruta del poder que le dieron los terroristas. Falta por saber si tal premio se lo compraron ellos o fue un regalo ajeno.
En cualquier caso, hay sobradas razones para que todos ellos figuren en esta galería, tanto los que son capaces de matar inocentes como los que son capaces de aprovecharse impúdicamente de ello para sus fines bastardos.
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